ARTÍCULO PUBLICADO EN LA REVISTA Nº 116 del CONSELL «MOTIVACIÓN Y COMUNICACIÓN INTERNA COMO HERRAMIENTAS PARA LAS EMPRESAS»

AUTORA: Natàlia Flores Pujol

«MOTIVACIÓN Y COMUNICACIÓN INTERNA COMO HERRAMIENTAS PARA LAS EMPRESAS»

La convivencia entre las personas nunca ha sido fácil. Sólo hay que fijarse en los malentendidos y enfrentamientos que aparecen dentro de las familias.

Cada uno de nosotros somos seres independientes y autónomos, y en la formación de nuestras convicciones y formas de ser, han intervenido un montón de elementos que contribuyen a marcar estas diferencias.

Elementos tales como; nuestra historia personal, gustos, deseos, valores, educación, religión, cultura, tradición, necesidades … Toda esta mochila nos lleva a que cada persona llegue a tener intereses diferentes a los demás, tome posicionamientos contrarios al resto y aparezcan puntos de vista divergentes.

Ante un desacuerdo con cualquier persona, debemos gestionar las emociones y reconducir la situación para poder mantener unas buenas relaciones. Lo hacemos continuamente, dentro de los ámbitos familiar, de amistades y también laboral.

 

De las relaciones laborales

Una tercera parte de nuestro tiempo, estamos en nuestros puestos de trabajo. En muchas ocasiones, compartimos más horas con los compañeros de trabajo que con nuestras familias. Por lo tanto es lógico que surjan conflictos y discusiones dentro de las relaciones laborales. Pero es vital, encontrar soluciones beneficiosas para todos.

Las personas son el valor básico para que una empresa sea competitiva, exitosa y alcance sus objetivos generales. Por este motivo, se debe promover un buen clima laboral, tanto en las grandes como en las pequeñas empresas.

Contrariamente, un mal clima laboral, contamina el ambiente de trabajo, provoca malentendidos, alimenta la conflictividad, empeora la producción y se incrementan los costos para los negocios.

Con ello, creemos imprescindible que las empresas conozcan el estado de su clima laboral y se encaminen al modelo de empresa saludable. Deben estar al corriente de las necesidades de los trabajadores, saber cómo se sienten dentro del organigrama y tener conocimiento del nivel de satisfacción de los empleados. En una empresa es básico crear unas condiciones laborales adecuadas.

Estos datos ayudarán a evitar futuros conflictos y gestionar positivamente situaciones de riesgo, harán mejorar la satisfacción de los trabajadores, contribuirán a evitar el estrés laboral y la fuga de talentos y al mismo tiempo se obtendrán mejores resultados empresariales. Los trabajadores reconocidos y motivados, resultan ser un 33% más productivos.

Muchas son las herramientas para conseguir mejorar el clima laboral:

  • un buen liderazgo que se base en la flexibilidad, la delegación de funciones y responsabilidades
  • la promoción del trabajo en equipo
  • la comunicación
  • la motivación de los trabajadores y de los equipos
  • la definición de las tareas y protocolos claros para los trabajadores
  • la definición clara de los objectivos/incentivos
  • la conciliación de la vida familiar y laboral
  • la capacitación y formación
  • la promoción de la tolerancia y el respeto
  • buscar el feedback positivo con los empleados
  • los programas de reconocimiento
  • velar por el bienestar y la salud de todos los miembros de la organización
  • un puesto de trabajo adecuado: luz, decoración, espacio
  • la flexibilidad horaria, días libres por asuntos personales
  • fomentar el Team Building con actividades
  • los espacios de ocio, guarderías
  • los beneficios sociales y deportivos …

De todas ellas, hoy queremos centrarnos en la Comunicación Interna y la Motivación.

Comunicación Interna

La necesidad de la comunicación interna, surge en el momento de motivar a los equipos humanos, de hacerles partícipes en los objetivos, proyectos y funcionamiento de las empresas.

Dentro de este ámbito de las organizaciones, hemos constatado que sus profesionales, directivos y trabajadores, a menudo no aprovechan una herramienta que tienen a su alcance y que es fundamental en las relaciones laborales: la comunicación.

Esto genera problemas que se pueden resolver adquiriendo conocimientos, utilizando las herramientas adecuadas … si no se llevan a cabo estas medidas se pueden producir consecuencias negativas en los resultados de las organizaciones.

La base de un buen equipo se trabaja desde la buena comunicación horizontal y vertical.

Posibles medidas y herramientas que facilitan y mejoran la comunicación interna:

  • Comunicar las novedades de la empresa periódicamente, para favorecer la integración y participación de los trabajadores, así como potenciar su reconocimiento como tales.
  • Crear un medio de comunicación interno a fin de que los trabajadores puedan compartir fotos, ideas, bromas, opiniones …
  • Dotarse de una herramienta de comunicación interna con el objetivo de facilitar que los trabajadores puedan denunciar quejas o situaciones conflictivas de ellos mismos o de compañeros, de forma anónima, para hacer aflorar todo lo que a menudo es imposible, si el trabajador lo tuviera que comunicar a su superior inmediato.
  • Crear un espacio de descanso y ocio, donde mientras se pueda tomar un café, se pueda fomentar la comunicación distendida.
  • Organizar actividades deportivas, culinarias o culturales. Cualquier actividad fuera del espacio laboral servirá para mejorar la comunicación interna de la empresa.
  • La comunicación inmediata entre un trabajador y su jefe es esencial. Si ésta es deficiente, contaminada o nula, sólo puede provocar efectos negativos.

Según el estudio «Bienestar y motivación de los trabajadores en Europa 2015», Edenred-Ipsos, la mitad de las personas que cambian de trabajo lo hacen por su mala relación con su jefe inmediato.

Es importante centrarnos en la comunicación relacional interna de las organizaciones: tanto en la vertiente de formación como de gestión de conflictos. Cubriendo desde las fases preventivas hasta las resolutivas.

Potenciando o adquiriendo las habilidades en comunicación se consigue gestionar mejor los equipos, motivar a los trabajadores, mejorar el clima laboral, prevenir conflictos y resolver situaciones de crisis.

La motivación

Para llevar a cabo cualquier actividad con ganas, necesitamos estar motivados. Tanto en el ocio como en el trabajo.

Así que la motivación y el trato que reciban los trabajadores repercutirá directamente en el resultado de su trabajo, en la relación con los compañeros, en su bienestar y en los beneficios de la empresa. Es producto del Efecto Pigmalión.

Cuando hablamos del efecto Pigmalión nos referimos a la calidad de influir en las personas en función de las expectativas que se esperan que ellas cumplan.

Si yo, como directivo de una empresa de Administración de Fincas confío en el potencial de mi trabajador y lo trato consecuentemente con lo que pienso de él, este trabajador acabará obteniendo los resultados que yo espero. No por arte de magia, sino por el empoderamiento, la confianza y el reconocimiento que habrá recibido de mí, como su jefe.

Contrariamente, si creo que no puede hacer un buen trabajo, si estoy convencido de que no será capaz de obtener buenos resultados en una reunión de Propietarios, no le transmitiré ningún input positivo, se sentirá desmotivado, inseguro y lo más probable es que este trabajador termine haciendo perder un buen cliente a la empresa. Y que como consecuencia de ello esta Comunidad de Propietarios descontenta provoque un efecto rebote con otros posibles clientes.

Esta motivación y comunicación interna forma parte del salario emocional que provoca una fidelidad del trabajador, un mejor bienestar laboral y un incremento de la productividad. Hitos que no se pueden alcanzar a través del salario económico.

La falta de comunicación interna y la no motivación de empleados puede provocar pérdidas importantísimas para las organizaciones. Un trabajador que no se siente reconocido ni motivado, disminuirá en su rendimiento, provocará un incremento de estrés laboral en su entorno, posiblemente habrá algún episodio de baja laboral y finalmente, como se ha destacado anteriormente, una fuga de talento, con el consiguiente incremento de coste por parte de la empresa, sin olvidar el daño que puede repercutir en su imagen publica -tan vulnerable actualmente a través de las redes sociales-. No sólo por el descontento del talento huido, si no por aquel cliente que pudiera ser mal atendido por un trabajador desmotivado.

No hay ninguna duda, el mayor activo y el capital más importante de una empresa son «las personas, sus trabajadores. «

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