La confidencialidad en estos procesos evita el “daño reputacional” que puede ocasionar un proceso judicial. Se preserva la reputación y la imagen de la empresa
El profesional imparcial (mediador, negociador o facilitador) facilita que las partes consigan identificar sus intereses y construyan de forma creativa una solución conjunta y beneficiosa para todos
Flexibilidad y control del proceso. Las partes pactan con el profesional imparcial:
- el número, lugar y frecuencia de las reuniones
- los plazos del proceso de ADR
- la confidencialidad del acuerdo
- la asistencia de los letrados en las reuniones conjuntas
Mayor grado de cumplimiento de los acuerdos
Se preservan las relaciones comerciales y profesionales
Se reducen los costes del conflicto
Mejora la comunicación